Eran
las 4 de la mañana cuando comenzamos a reunirnos en el barrio la Francia de
Manizales para iniciar el viaje en el “honguito viajero” rumbo a Río sucio,
Caldas, en donde realizaríamos una ceremonia de agradecimiento a la Madre
Territorio y Willka Simi o rezo sagrado al niño- niña interior.
Al llegar al territorio de la comunidad Embera Chami nos recibió el Apu
Ingrumá, cerro sagrado cuna de espíritus y lugar donde habita el Poder.
Llegamos aproximadamente a las 7 de la mañana, con bastante apetito, así que
nos dirigimos a la galería a desayunar para recargar energías e iniciar
labores; al momento de salir de allí con fuerzas renovadas, fuimos al centro de
Capacitación donde haríamos nuestra intervención.
Las personas muy amables nos acogieron y nos colaboraron en el diseño del
mándala, también consiguiendo leña para el fuego, su disposición y diligencia
nos hacía sentir como en casa.
Siendo las 9:30 a.m comenzaron a acercarse al mandala ya terminado, niños,
adultos y jóvenes de la comunidad, aproximadamente 70 personas se permitieron
un espacio para ofrendar y agradecer al Gran Espíritu Padre y Madre, y ayudaron
a convocar a los Apu qollana o seres sagrados, conocidos en occidente como el agua, el fuego, los animales de poder, las montañas, entre otros.
Este
acto de ofrendar, de agradecer y pedir perdón es conocido por los ancestros
como Pagamento, término empleado por comunidades indígenas Yanakunas del Macizo
colombiano y arhuacas de la Sierra Nevada; el pagamento es un acto de
retribución, de ofrendar y agradecer al Gran Espíritu y a la Pacha mamma por la
Vida que nos ofrecen, el alimento y el sustento fruto del amor que nos guardan.
En el pensamiento – educación occidental realizamos pagos, a otras personas o
entidades para que nos suministren el agua, el fuego y la tierra donde vivimos,
olvidándonos del Espíritu que estos contienen, occidente no enseñó a
cosificarlos, despojándolos de su trascendencia como ancestros y maestros del
ser humano.
dirigirnos en su búsqueda permite reconocer y revivir
experiencias, sensaciones y evocaciones guardadas en nuestras memorias.
La memoria de la niñez está presente a lo largo de la vida tanto como ejercicio
mental, pero además como vivencia emocional, corporal y espiritual. Cada
persona lleva dentro a un niño o niña, que está vivo, lleno de energía, es
creativo y conforma su yo auténtico. Las antiguas tradiciones ancestrales nos
enseñan que el Ajayo o niño interior es un ser que se ubica energéticamente
debajo del ombligo, y que su poder es tan inmenso que es el encargado de atraer
o convocar a nuestras vidas todo aquello que necesitamos y deseamos. Pero este
ser generalmente siente dolor y tristeza por todas las circunstancias que ha
debido pasar en este mundo. Por esto el rezo o willka simi devuelve equilibrio
y armonía a todas las relaciones, incluyendo nuestra relación con el niño
interior o ajayo, este rezo debe ir acompañado de la intención propia de los
chamanes, pues las palabras por si solas no sirven si no van dirigidas por la
energía que evocan: “Perdón, lo siento, te amo y gracias” .
La ceremonia finalizó con cantos, el compartir de palabra y cerrando el círculo
o coricancha, espacio en donde se evocan las energías sagradas, que son el
puente entre el kay pacha y el Hanan Pacha, el mundo material y el mundo
espiritual.
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