Antes de encaminarnos en busca de la planta, realizamos una meditación dirigida a preparar la mente y el cuerpo con una intención clara: la de entrar en un mundo inmenso colmado por una multiplicidad estética de visiones y sensaciones.
Antes de iniciar realizamos una "limpieza" corporal con el humo de sahumerios especiales. Ya en la meditación se pide permiso a la planta para acceder a su mundo, sin interferencias y falsos propósitos.
Ahora tapa tu fosa nasal derecha y respira profundamente, haz lo mismo con tu fosa izquierda para equilibrar ambos hemisferios.
Imagina que entras a un bosque de borracheros, hay de muchos colores, rosados, amarillos, blancos. Respira su aroma, siente como impregna todo tu cuerpo. Ahora detente justo delante del árbol que más te guste, pídele permiso y dale gracias por permitirte estar allí. Observa bien una de sus flores, escucha los sonidos que hay alrededor: pájaros, insectos. Acércate a su flor y siente su aroma, agradece nuevamente por esta allí. Pídele algo especial, por ejemplo sanación o que permita abrir tu mente. Respetuosamente agradécele por permitir esta experiencia en tu vida"
Después de esta experiencia partimos en busca de las primeras plantas con la mente clara y con un innegable estado modificado de conciencia.
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